A menudo me preguntan sobre la durabilidad de las encimeras de cuarzo, y puedo asegurar que es impresionante. Hablamos de materiales que contienen aproximadamente un 90-95% de cuarzo natural, combinado con resinas y pigmentos. Esta composición hace que las encimeras sean extremadamente resistentes a arañazos y golpes. Una característica vital que muchas veces no se evalúa a simple vista.
He leído que, en términos de dureza, el cuarzo es una de las opciones más fiables, ya que solo es superado por materiales como el diamante en la escala de Mohs, donde se evalúa de 1 a 10. Es bastante reconfortante saber que, cuando inviertes en una de estas superficies, estás optando por algo realmente duradero.
Además, no se debe pasar por alto que las encimeras de cuarzo son no porosas. Esto significa que la probabilidad de que los líquidos penetren y manchen es muy baja, lo que las hace ideales para cocinas y baños. No es solo por un tema estético; la no porosidad también implica menos mantenimiento a largo plazo y más higiene.
Quizás te preguntes si estas encimeras pueden resistir altas temperaturas. La realidad es que, aunque son bastante resistentes, siempre es recomendable utilizar un salvamanteles o una base para sartenes calientes. Esto evita cualquier daño potencial por calor extremo y asegura una vida útil más larga. Cabe mencionar que su durabilidad es tal que, como reportan algunos expertos, una encimera de cuarzo bien cuidada puede durar más de 15 a 20 años sin problema alguno.
Empresas como Silestone y Caesarstone han llevado la fabricación de estas encimeras a otro nivel, ofreciendo garantías de hasta 25 años. Es un claro indicativo de que incluso los fabricantes confían plenamente en el rendimiento a largo plazo de sus productos. La demanda de este tipo de encimeras ha crecido más del 60% en la última década, principalmente por su combinación de estética moderna y funcionalidad.
Por último, recordemos que el mantenimiento también juega un papel crucial en la durabilidad. Algunos recomiendan limpiarlas con productos suaves y evitar el uso de limpiadores abrasivos. Esto asegurará que la superficie permanezca tan brillante y resistente como el primer día, algo que he comprobado tras varios años de uso personal.